Ayer estaba recordando una de las experiencias memorables de este verano, la visita a un espectáculo muy singular que te envuelve en música y la poesía de una obra pictórica sublime, que impregna todo a tu alrededor gracias a las nuevas tecnologías audiovisuales y a la imaginación…
Evidentemente, la creatividad con sensibilidad puede dar resultados maravillosos, como en este caso en el que transforma las heridas de una maltratada montaña en soporte para las creaciones de los artistas y deleite del visitante. Eso es Carrières de Lumière en Les Baux de Provence, Francia. Un sitio impactado por la explotación de los recursos convertido en monumental espacio de arte, lo que me lleva a pensar en las múltiples maneras de revalorización y rescate de los lugares y recursos.
Cuando mi querida amiga Anne me habló de una exposición multimedia de Chagall que se proyectaba cerca de uno de los pueblos mas bonitos de la región provenzal francesa no me imaginaba el alcance de ese proyecto… Pero darle a nuestro encuentro esa dimensión cultural en una region tan linda era una excelente idea… Aunque la verdad es que a nuestros chicos, maridos y a nosotras mismas nos bastaba con estar juntos después de tantos años sin vernos… No obstante, la idea de poder visitar aquel espectáculo inédito del poeta-pintor como le llaman Walther y Metzger, me atraía poderosamente!
De manera que emprendimos viaje por carretera y atravesamos los más de 700 kilómetros que nos separan de allí con mucha ilusión. Llegamos a Saint-Remy de Provence al atardecer despues de atravesar algunos de los lugares emblemáticos de “la ruta de los pintores de la luz” para terminar confundiéndonos en abrazos y sonrisas, maravillándonos con los mucho que habían crecido los niños y disfrutando la dicha de aquel dilatado reencuentro. Recorrimos las calles de ese pueblecito donde se mantiene vivo el recuerdo de Van Gogh y disfrutamos de las especialidades gastronómicas típicas, en un ambiente animado por la celebración de una feria estival de artesanías y la presencia de los vacacionistas.
A la mañana siguiente nos encaminamos hacia Les Baux de Provence, que se encuentra en el Parque Natural de l0s Alpilles, disfrutando del paisaje que inspiró tanto a Cézanne y a Van Gogh, entre otros pintores. Aunque ya había leido un poco sobre Carrieres de Lumieres me impresionó el proyecto al llegar. Esa cantera ubicada en el Parque Natural de l0s Alpilles.había sido cerrada después de la primera Guerra Mundial pero un genial Jean Cocteau la rescató en 1959 para darle un nuevo uso, rodando allí su película el Testamento de Orfeo. Ya después en 1977 se transforma definitivamente en monumental espacio audiovisual inspirado por las investigaciones del arquitecto y escenógrafo checo Joseph Svoboda con el objeto de poner en valor aquel lugar. Desde 2012 la gestión de este espacio pasó a Culturespace que desarrolla su proyecto AMIEX, “una experiencia inmersiva de arte y música” que me ha cautivado.
El arte en sus diferentes expresiones siempre ha ejercido una especial atracción sobre mí, pero este tipo de espectáculo que le hablan a todos nuestros sentidos son algo verdaderamente genial. Ciertaente con la música adecuada la contemplación de una obra pictórica, la degustación de un alimento o el momento compartido con otra persona cobra otro carácter. Sin embargo, estar dentro de esa antigua cantera, literalmente inmersos en las obras de un pintor tan sensible como Chagall, resultó una experiencia realmente extraordinaria.
Cien aparatos proyectando simultáneamente sus pinturas sobre la inmensas paredes de piedra de 14 metros de altura e incluso los suelos de aquellos 5000m2 mientras la música nos envolvía, lograban que nos sintieramos dentro de los recuerdos de la infancia del artista, contagiarse de su mirada positiva de la vida, contemplar la luna o una copiosa nevada en su Bielorusia natal, comprender sus nostalgias, amores, espiritualidad o atravesar junto con él su mundo onírico mientras caminábamos por las galerías que fueron excavadas en el corazón de esa montaña. Mientras contemplábamos extasiados aquel espectáculo unos niños danzaban al compas de la música y las escenas del Teatro Garnier, mientras los mas grandes exploraban los pasadizos en busca de aventura.
Este espectáculo realizado por Gianfranco Iannuzzi, Renato Gatto y Massimiliano Siccardi con la colaboracion musical de Luca Longobardi nos ha dado la oportunidad de redescubrir a Chagall de una manera inédita que da paso a sensaciones fabulosas, y a los chicos, entrar en contacto con el arte desde otra perspectiva. Sin duda una experiencia memorable.