Diría que te precipitaste, invitándonos a disfrutar el despertar de la naturaleza.
Los brotes nuevos en las yemas de cada rama, los pétalos tiernos de las flores silvestres, el florecer de los cerezos, los manantiales rebosantes, el canto de los pájaros al amanecer, los rayos de sol que se cuelan por la ventana disipando la niebla, dejando al desnudo tus encantos.
Tu hermosura y candor inspiran, seducen,… Innumerables han sido los artistas que han querido atrapar un sorbo de tu dulce esencia,
la delicada brisa que te acompaña, las lluvias que derramas sobre valles y montañas, la trémula belleza con que irrumpes para llenarlo todo de vida. Pretenden replicar tu belleza y tu brillo de nácar con toda clase de materiales. Lo intentan con vibrantes y bucólicos colores, hermosas melodías, delicadas fragancias, danzas sugerentes, cual frágiles amapolas balanceándose sobre el trigo. Y tú, intrépida, inasible, sonríes alegremente…
Nenúfares en Primavera, C. Monet
Tu llegada nos embarga con tantas emociones positivas, que el equinoccio de Primavera, se escogió como el Día de la Poesía, y el día anterior el Día de la Felicidad. Este año sin embargo, nuestros días y nuestras noches transcurren entre paredes con sólo atisbos de tu frescor.
Sin embargo, te sentimos susurrante en el silencio, tu fuerza renovadora se cuela en nuestras vidas, se transforma en sensaciones en la piel. Y al viajar por nuestro interior, advertimos tu presencia llenando de vida todo nuestro cuerpo que se renueva, como cada ciclo, al compás de cada respiración.
Tú invitas a la renovación, a florecer, y descubrimos el deseo de nuevos proyectos, que también se avivan nuestros anhelos, y vibran con fuerza los deseos de ver a todos nuestros afectos sobreponerse a los retos que en estos días confrontamos.
Cuando nos vuelvas a ver ya no seremos los mismos, estamos empezando a conocernos mejor a fuerza de este aislamiento, a darle rienda suelta a nuestra creatividad, a expresar nuestro cariño con más frecuencia, a relacionarnos mejor con la familia a fuerza de obligada convivencia, a cuidar de nosotros mismos y de los demás, algo que creíamos labor de madres y abuelas, aprendiendo también a ser responsables y solidarios.
Obra de Nicoletta Tomas Caravia
Seguramente cuando vuelvas habremos aprendido a no mirar hacia otro lado cuando en un país lejano mantengan a la gente que fabrica lo que consumimos trabajando en condiciones terribles, o no nos haremos los locos cuando lleguen los emigrantes huyendo de guerras y tiranías mientras nuestras empresas y gobiernos sacrifican los derechos humanos por dinero.
Tengo la sensación, Primavera que con tu llegada también se ha despertado en nosotros eso que llaman conciencia ciudadana, y que cuando podamos volver a respirar el aire fresco de la mañana bajo el invicto sol seremos capaces de plantarnos cuál árbol de sólidas raíces y fuerza para seguir creciendo.
Comenzaremos a construir las nuevas estructuras de esta gran casa común en la que, cual Red de Indra, nos aseguraremos que cada una de sus nodos con toda su potencialidad brillen con luz propia, e iluminen el Universo del que todos somos parte.
________________________________________________________________________________________________La imagen destacada es una pintura de Segey Kovalenko
Aunque tantas veces nos hemos despedido y esto es -como dicen-ley de vida, lo natural, un ciclo cumplido, un descanso… decirte adiós en esta ocasión no deja de ser difícil. Prepararme para tu ausencia física ha sido una quimera, aunque sepa que no eres sólo un cuerpo convertido en cenizas sino un alma poderosa y trascendente: la mujer que me trajo al mundo, quien me acogió en su útero y en su corazón, la que me amamantó, la que me enseñó eso del amor incondicional, lo que es luchar por sus hijos, un ejemplo de resiliencia, la amiga sincera, la motivadora en cualquier circunstancia, la memoria histórica de la familia, la valiente para vivir y para morir…
Me va a tomar un tiempo acostumbrarme a esta tu nueva forma de estar presente en mi vida y en la de todos los que te amamos… Por el momento, parece que me hubiera sumido en un espacio de silencio infinito que no quisiera perturbar. Y sin embargo, se agolpan los pensamientos por momentos, el recuerdo de tus planes, tus sueños de ayudar a tanta gente y tantas instituciones, tantas ilusiones, tantas reflexiones… Demasiado ruido para este duelo profundo, para un cordón que se transforma, para un amor que busca esa nueva forma de expresarse, para poner de manifiesto esta inmensa gratitud por darme la vida, por todo lo que hiciste para que me convirtiera en la persona que soy, por todas las lecciones de vida, por todas las aventuras que vivimos juntas, los lugares que descubrimos juntas, por tanto amor…
Adiós mamá. A Dios encomiendo tu alma grande, ese Dios en el que tanta fe has tenido siempre y en cuyos brazos te entregaste sin resistencia al final del camino. Me alivia saberte en paz. Te imagino estar siendo acompañada en este viaje único hacia la luz por mi abuelita Carmen Elisa, el abuelo Quintero, Daniel… Tal vez hasta Hernán saldrá a tu encuentro, con su proverbial calidez y su “musiua”
Descansa mamá. Todo está bien. Tu fortaleza espiritual nos inspira. Honro tu memoria.
Ya hacen varias semanas que comenzamos nuestras sesiones semanales de meditación. Nos hemos propuesto profundizar en la práctica que vamos conjugando cada vez más con de la energía y el trabajo con temas que necesitamos sanar para evolucionar en nuestro camino. Fue sorprendente que en la primera sesión todas las inquietudes expresadas como intencionalidad para esta etapa se relacionaban con un tema común a muchas mujeres, el de atender a sus propias necesidades y no siempre las de los demás, escuchar su cuerpo, su intuición, respetar sus ritmos, cuidarse, quererse… Eso nos está llevando a recorrer un itinerario que vamos descubriendo semana a semana, haciendo escalas en diversos parajes no siempre gratos al inicio pero finalmente sanadores. Nos estamos encontrando en el camino sueños abandonados, inhibiciones, tabúes, un cúmulo de responsabilidades asignadas y asumidas como propias, también con el miedo a ser nosotras mismas, a mostrar nuestra vulnerabilidad, a reconocernos en las sombras, y un largo etcétera.
Lo más hermoso es que en minutos atravesamos geografías desconocidas de nuestro interior, tomando atenta nota de sus cualidades y de nuestro sentir, nos sumergimos suavemente en las penumbras para explorar las profundidades y poco después se nos revelan paisajes más coloridos donde podemos dar rienda suelta a nuestra autenticidad y a la gratitud por las lluvias de bendiciones. Cada quien lo experimenta de una manera más visual o sensorial, pero en cualquier caso reveladora y única, como cada ser humano. Es un camino que nos lleva a empoderarnos, a soltar amarras…
Quiero compartir lo que escribió una de esas mujeres maravillosas que me acompaña en estos viajes después de una de esas sesiones, agradeciendo infinitamente el habérmelo permitido, y que ella tituló PERMITIRSE ABRIR
“Perder el miedo, saco el traje, que resultó ser una armadura antigua,
muy antigua.
Me quito la máscara que no me deja respirar. La tengo incrustada en la cara, atada a la garganta.
Me cuesta. Tiene más ataduras de las que pensaba.
Es la máscara del miedo. Como la que lleva Hannibal Lecter en “El silencio de los corderos”.
Silencio… palabras no dichas…
muertas, ahogadas, estranguladas, que se quedaron dentro de mí,
hiriéndome, desgarrándome.
Desgarrada me sentí durante un tiempo.
Desgarrada me siento ahora, a veces… cada vez menos. Cada vez más suave,
como el viento, como el agua del Mar…
uuummmmmm…
Me quiero. Me Amo. Estoy enamorada. Una criatura está gestándose en mi Utero.
Es mi criatura. Mi creación.
No sé lo que es, pero la siento.
Me vestiré con mi traje cuando Nazca
Ya lo llevo puesto
Es un vestido precioso
Adios Miedo. Ya no te necesito
Gracias. Por tí soy lo que soy.
Sin tí no lo habría logrado.
Gracias por caminar junto a mí en todos los momentos decisivos de mi vida y en los que no…
pues también.
Ahora ya no te necesito
No quiero esconder nada
Quiero buscar mis huesos, desenterrarlos.
Quiero encontrar La Dulzura que hay en Mí.
Que Brote, que Fluya, que invada todos los poros de mi cuerpo, todas las células.
Todas las Mitocondrias.
Quiero sentirme Dulce
Quiero ” saber” Dulce.
Eskerrik asko Unibertso.”
Y además añade: “Gracias por leerme. Gracias por estar a mi lado.”
Soy yo quien tiene que agradecerte infinitamente tanta sensibilidad, tanto valor y que lo compartas con nosotr@s.
La hermosa imagen destacada es obra de Josephine Wall
La imagen de la mujer guerrera es de Lindsay Look.
He encontrado esta inspiradora cita de Audre Lorde en el blog Positive Quotes by Women. Me permito rebloguearla porque considero que encierra una gran sabiduría, seas o no mujer, y se relaciona con una charla/tertulia sobre empoderamiento femenino que moderé, por así decirlo, hace unos días en el café librería Al Norte del Sur. Audre Lorde fue una poetiza afroamericana y activista proderechos humanos, nacida en Nueva York de inmigrantes caribeños. El feminismo de Audre estaba impregnado de su experiencia vital y aportó mucho a la teoría de la diferencia no sólo entre hombres y mujeres, sino también entre las mismas mujeres, teniendo en cuenta la raza, la cultura, la sexualidad, etc. Y creo que en este sentido, se podría afirmar que hay en realidad diferencia entre todas y cada una de las mujeres porque cada una expresa de manera diferente su propia esencia e interpreta a su manera el entorno y recorrido, donde cobra valor cada experiencia.
Sin embargo, hay factores comunes como la ciclicidad que nos unen y la necesidad de abrazar nuestra propia naturaleza, de explorar y entender el poder de ser mujeres, con un útero y unas hormonas que nos permiten acunar la vida en nuestro vientre o en nuestros brazos, pero también el poder de nuestro vientre para dar a luz sueños, nutrirlos y transformarlos en creaciones maravillosas. Eso requiere que como bien decía Audre Lorde nos focalicemos en ello y no en nuestros temores, porque así alimentamos lo que nos motiva y no lo que nos paraliza: “Cuando me atrevo a ser poderosa – a usar mi fortaleza al servicio de mi visión, entonces deviene cada vez menos importante si tengo miedo”.
“When I dare
to be powerful –
to use my strength in
the service of my vision,
then it becomes less
and less important
whether I am afraid.”
Audre Lorde
Al pasar por las ondulantes pendientes de Tafira Alta, una zona residencial del centro de la Isla de Gran Canarias, no te imaginas que en una de estas amplias casas de estilo colonial con un extenso jardín que invita a la serenidad se concentra en realidad un poderoso caudal de pasión que ruge desde el amanecer. Se trata de la Canarias Basketball Academy. Allí conviven jóvenes venidos desde los más diversos confines del mundo que están dispuestos a transformar sus sueños en realidad: convertirse en mejores jugadores de baloncesto. Adrian, nuestro hijo, lleva allí sólo 6 meses y vino a casa dos semanas en Navidad, pero conocimos a chicos que llevan dos y tres años allí y están tan lejos de sus países que no pueden compartir con sus familias con tanta frecuencia. Otros en cambio tienen la bendición de poder verles semanalmente porque están en la misma isla.
Trabajo duro, disciplina, perseverancia y buena orientación parecen constituir la fórmula infalible para superar todos los desafíos y mejorar el desempeño deportivo. Así al menos lo ha planteado Rob Orellana, un exjugador de la liga universitaria de los Estados Unidos y ex entrenador a nivel internacional quien ha creado esta centro de alto rendimiento deportivo en la Isla. La primera vez que supe de la academia fue a través de una edición de Informe Róbinson que Adrian, nuestro hijo, veía sin cesar porque a él se le metió el basketball en las venas hace ya más de ocho años y pronto se convirtió en su pasión. Algo que llama la atención porque no es tan alto como suele ser el caso en este medio, pero él aprovecha otras destrezas importantes para la posición en la que juega que ha desarrollado haciendo gimnasia y practicando futbol desde los 4 años (velocidad, mirada periférica y agilidad en sus movimientos) aunque sabe que aún tiene mucho por mejorar. Y buscando opciones para lograrlo descubrió la CBA. Luego les conoció personalmente en uno de los nacionales de baloncesto y entonces supo exáctamente dónde quería ir. Participar en el campus de verano en 2015 no hizo sino corroborar aquella sospecha.
Y allí está! Compartiendo habitación con Toño (un mexicano de dos metros y una tonelada de dulzura en su mirada!) como si fuera el hermano que siempre quiso tener; y con todos los demás por cuyas historias y tradiciones se interesa. Sven, Luis, Maodo, Roge, Azael, Quique, Marcel, Yoram, Samu, Haarry, Edu, Kjell, y un largo etcétera. No sólo nos fue presentándonos poco a poco a todos esos chicos cuyos nombres ya nos sonaban por sus cuentos y fotos, sino que conversamos con algunos de ellos, les preguntamos sobre la experiencia de estar en la academia, añoranzas, desafíos, aspiraciones… y fuimos notando la felicidad de poder dedicarse a su pasión y el buen rollo, como dicen aquí en España, que prevalece entre todo el grupo. Ese ambiente multicultural le va de perlas porque Adrian se siente ciudadano del mundo, porque nació en Venezuela y su vida ha transcurrido entre Bélgica, Dinamarca y cuatro comunidades diferentes de España. Pero más alla de ello, creo que esas relaciones de camaradería son un aspecto fundamental para los chicos, porque no es menos cierto que han escogido un camino sacrificado y se apoyan unos a otros un montón.
La familia CBA presente en el partido del domingo 13 de marzo, 2016, animando al equipo.
La disciplina y el compromiso es admirable en unos adolescentes que abandonan la comodidad de sus hogares para asumir un régimen intenso y exigente. No obstante, a ellos se les ve felices. Supongo que porque están haciendo lo que mas les gusta. Además, entre ellos van tejiendo hermandades a punta de solidaridad y empatía saltando por entre culturas y lenguas y eso los convierte en una gran familia. Me encanta como han logrado plasmar las vidas de estos chicos en el corto de Dodo, que en sólo un minuto y medio refleja el significado de su consagración.
Entrenamiento viernes 11 de marzo, 2016.
A lo exigente en el plano deportivo hay que añadir la responsabilidad de los estudios, a lo que también los chicos dedican unas cuantas horas del día. Afortunadamente cuentan para ello con el apoyo de dos tutoras que hacen una labor encomiable. La que le corresponde a los que van a los colegios hispanos es Ana Rosas, una chica encantadora y súper bien preparada: Licenciada en Educación, Periodista y con un grado en Marketing y Relaciones Públicas. Como si eso no fuera suficiente también ha sido jugadora de baloncesto, con lo cual su perfil profesional es ideal para el cargo. Expresar en palabras el agradecimiento para con ella es difícil, tanto por el apoyo académico a los chicos como por la amabilidad con la cual nos atendió y nos llevó al Instituto para conocer a algunos de los profesores de Adrian.
Nos encantó que en tan poco tiempo pudiéramos conversar con el propio Rob y con los entrenadores, cada uno con unas formaciones y experiencias impresionantes, verles en acción durante los entrenamientos y los partidos esmerándose en desarrollar los talentos de cada uno. Tambien fue genial conocer al resto del equipo de profesionales que se encargan de aspectos logísticos y administrativos cruciales para el logro de los objetivos de la institución; por ejmplo ponerle cara a Arancha, con quien he conversado tanto por teléfono desde el inicio de este sueño de Adrian; conocer a las responsables de la esencial cocina, Conchi y Mari; y a Manolito, ese personaje al que los chicos le tienen tanto aprecio por su cordialidad y gran corazón. Nos falta por conocer personalmente a otros, por ejemplo, al fisioterapeuta y a Gerard Damià Soria, quien fue inicialmente nuestro interlocutor en su calidad de Recruiter.
Una mención especial merecen los padres de los compañeros de equipo que viven en Gran Canarias. Gracias a la iniciativa de Arancha de crear un grupo de Whats app comenzamos a tener los primeros contactos y relacionarnos un poco más, saber más de los chicos, y, por supuesto, a deleitarnos con la magia de Danilo, quien no sólo se mete con toda el alma en el partido desde la grada, sino que además va reportando las canastas, tiros libres, triples, alguna jugada especial, y hasta el ánimo de los jugadores o el desempeño arbitral. Que hubiesen dos partidos este fin de semana nos dió la oportunidad de verlo en acción, aunque le distraíamos un poco con nuestros comentarios; y entablar una relación más cercana con ellos: La amabilidad de los isleños es conocida pero agradecemos infinitamente a Esther, Tere, Danilo y Antonio, quien además es segundo entrenador del equipo. Mientras departíamos con ellos durante la comida en medio de esa cordialidad y buen humor con el que nos introducían a la cultura culinaria canaria, me parecía que los conocía desde hace mucho tiempo. Debe ser el espíritu de mis ancestros de Tenerife…
No tuvimos mucho tiempo para disfrutar del paisaje de la Isla o de su cultura, apenas una breve caminata por el centro histórico y un paseo por la playa para admirar el atardecer, pero si merodeamos un poco por entre nacionalidades (creo que hay más de 70 chicos de 35 países), caracteres y añoranzas diferentes; y todos, sin embargo, compartiendo el mismo sueño: dar rienda suelta a su pasión por el balón y la canasta con disciplina y tesón. Perseverando hasta convertirse en mejores deportistas y, en el camino, en mejores personas, maduras y responsables. Mi admiración por ellos que tan jóvenes tienen claro su camino y salen de la zona de confort al encuentro de una experiencia inolvidable y la expectativa de encontrarse con el éxito como profesionales del baloncesto.
Este fue un fin de semana intenso; se ve que la primavera nos hace florecer a nosotros también. Mucha más gente en la calle, muchas actividades culturales y sociales, muchas sonrisas y compartir. Entre las cosas interesantes que estaban sucediendo en Pamplona decidimos visitar una vez más la Galería San Antón la cual, entre otras exhibiciones, ofrecía la posibilidad de apreciar el trabajo de una artista plástica (Luisa Aldaburu) y un escultor (Txetxu Biguri) que han juntado sus talentos para crear a dúo. Si bien en la música o en otros ámbitos esto es común, en las artes plásticas esto no lo es tanto… A este experiemento creativo lo han llamado BURUBIARTE que en Eukera -según me han explicado- sería Sigue leyendo →
Es sorprendente el extraordinario crecimiento que están registrando los círculos de mujeres en todas partes del mundo. Mientras algunos los ven con suspicacia, otros reconocen su gran poder transformador; tanto así que han llegado a ser considerados una herramienta importante para desarrollar el potencial de la mujer como agente de cambio de la sociedad. De hecho hoy en día figuran en guías y manuales de organizaciones que trabajan temas de género en desarrollo.
Uno de los factores que ha jugado un papel preponderante en esta evolución de los círculos es el llamado de Jean Shinoda Bolen “Reune a las mujeres; salva el mundo.” Esta psiquiatra y analista junguiana, quien ha sido profesora de la Universidad de California, prolífica escritora y activista femenina, entre otras tantas cosas viene desde hace años difundiendo la importancia de esta herramienta tanto para las mujeres como para la sociedad en su conjunto.
En su libro “El millonésimo círculo” ella toma como punto de partida el efecto del “centésimo mono,” un relato convertido en parábola de inspiración para la sociedad humana que se basa en una investigación real llevada a cabo en el Centro Japonés de Monos y popularizada por Lyal Watson, entre otros. Según Watson, mientras los científicos japoneses estaban haciendo experimentos cambiándoles la alimentación a los primates, observó que uno de ellos decidió lavar los boniatos o batatas antes de comerlos porque estaban llenos de arena. Ese comportamiento fue imitado por los demás monos y, una vez generalizado, se transmitió de manera instantánea a monos de islas cercanas con las cuales no tenían relación alguna.
Esa investigación fue considerada por el bioquímico británico Rupert Sheldrake como evidencia de su planteamiento de los campos mórficos, ya que explicaría la mayor probabilidad de propagación no local de un fenómeno, comportamiento o conciencia a medida que se repite más veces. Con base en esa teoría, la proliferación de círculos de mujeres generaría en un momento dado un salto cuántico en términos de conciencia colectiva humana y planetaria. En sociología se hace referencia a la masa crítica que se necesita para el cambio.
Pero resulta que las teorías de Watson y de Sheldrake han sido cuestionadas. Varios libros y artículos de revistas científicas ponen en tela de juicio las bases científicas de la investigación de los japoneses con los primates y la suposición de que no hubo contacto entre los monos de las diferentes islas. Sin embargo, el descrédito de la comunidad científica al efecto del centésimo mono no ha menoscabado el crecimiento de los círculos de mujeres en la búsqueda de un equilibrio entre las cualidades masculinas y femeninas, ni el impacto positivo en las vidas de quienes forman parte de ellos, mientras el Millonésimo Círculo constituye hoy por hoy el punto de partida y la fuente de inspiración.
Como bien señala Jean Shinoda Bolen “el poder invisible que los círculos de mujeres ejercen sobre quienes los constituyen nace del poder sanador, afianzador y alentador que somos capaces de tener una sobre otra. Cuando se cuenta con ese aliento y ese verdadero apoyo a la hora de llevar a cabo un cambio significativo es posible que el cambio se realice. El que otras personas crean en nosotras o compartan nuestros puntos de vista posee un poderoso e invisible efecto… Los círculos de mujeres se convierten en un espacio uterino donde se incuban sueños y planes, y en un lugar donde se puede hablar de ellos y recibir ayuda a fin de dar nuestros primeros pasos” (Bolen, Mensaje Urgente a las Mujeres).
Esto me hace evocar una de las metáforas védicas que más me gusta por la sencillez con la que se transmite una ancestral sabiduría de gran trascendencia para el desarrollo del potencial humano y en particular el trabajo con lo femenino, la Red de Indra. Según los libros sagrados de los Vedas, del Palacio de Indra, el Dios de los Cielos, colgaba una red formada por hilos que se extendía hasta el infinito como si se tratara de una tela de araña multidimensional, conteniendo una perla o una piedra preciosa tallada y esplendorosa en cada intersección o nodo de la red. Dado que la red es infinita el número de relucientes joyas también lo es, pero lo más hermoso es que en cada una de ellas se refleja el brillo de todas las demás, además de reflejarse todo el Cosmos. De manera que mientras cada una de esas gemas brille con mayor intensidad también el resto incrementará su propio brillo, y el cambio en una de ellas se reflejará en las otras. Cada ser vivo y cada cosa que existe en el universo o podamos imaginar es una perla o piedra preciosa en uno de los nodos de la red, con todo el potencial de brillar esplendorosamente.
Este mito ha servido para explicar en el budismo y el hinduismo la interconexión entre el microcosmos y el macrocosmos, o la noción del todo y sus partes. En el Avantamsaka Sutra o Sutra de la Guirnalda, uno de los textos sagrados del budismo Mahayana, se reflexiona sobre dicha conexión. Un estudiante le pregunta al maestro cómo pueden considerarse todas esas piedras preciosas una sola gema, y el maestro le responde: – Si tu no lo crees coloca un punto en una de esas piedras preciosas o perlas y observa como luego hay puntos en todas y cada una de las gemas. Por eso sabemos que todas forman una misma joya.
El físico Fritjof Capra señala en su libro El Tao de la Física que este Sutra de hace más de dos mil quinientos años estaría en la base de la teoría cuántica y del relacionamiento interdependiente, toda vez que las partículas están dinámicamente compuestas una de las otras.
Para mí todo ello es una metáfora de lo que sucede en los círculos de mujeres pues se crea un espacio de contención donde no hay riesgo de expresarse y se cultiva entre otras tantas cosas la escucha, la confianza, la empatía, la solidaridad, la igualdad (porque en un círculo todas estamos al mismo nivel), y además se comparten saberes e ilusión, mientras se refuerza la autoestima. Cuando una mujer conecta con su autentica esencia femenina, abandona la lucha y desata su capacidad creadora y todo su entorno recibe los destellos de ese brillo, encuentra los caminos para mejorar sus relaciones desde el respeto a la diferencia y el amor. Eso es verdaderamente empoderamiento.
La capacidad de cambio y el movimiento son algo intrínseco al círculo. Numerosas experiencias confirman que tanto a nivel individual como colectivo los circulos impulsan cambios que fortalecen la capacidad de las mujeres para desarrollar todo su potencial pero también lo transmiten a sus hijos, a sus parejas o a su comunidad. Si eso es así, que podríamos esperar de un círculo de círculos. Eso es lo que se está preparando para el Equinoccio de la Primavera 2015 en Amalurra, un lugar especial en Artzentales, cerca de Bilbao (España), donde la naturaleza y un proyecto colectivo con sentido ecológico y social sirven de marco a este encuentro entre circulos y mujeres de diversos orígenes. Sanándonos a nosotras, sanando la tierra es el tema del encuentro, es decir mis dos temas!!!! Mujer y Medio Ambiente; mejor imposible!. Estoy convencida que será una experiencia muy enriquecedora; allí iremos a compartir sueños, aprender unas de otras y conectarnos con nuestra auténtica esencia, dejándonos acunar por la tierra y expresándole nuestro amor y gratitud. Anímate, tu también puedes participar.
Me encanta experimentar la conciencia plena mientras estoy cocinando pero algunas veces simplemente cuando como una fruta fresca o me preparo un zumo o un batido. Una de las cosas que disfruto de Navarra es la posibilidad de consumir la fruta recién cosechada y comprarla directamente a los productores que vienen al mercadillo cerca de casa. Sin embargo, ayer pasé frente a una frutería en la que tenían tamarindo y no me pude resistir. La refrescante bebida que se puede preparar con esta fruta tropical es perfecta para un caluroso día como el que hizo ayer y de sólo imaginarlo mis papilas gustativas ya soñaban con la combinación de ácido y dulzor que encierran estas extrañas vainas.
Practicar mindfulness mientras me reencontraba con esta deliciosa fruta fue no sólo una experiencia sensorial interesante sino un viaje en el tiempo maravilloso Sigue leyendo →
El 5 de junio se celebra el Día Mundial del Ambiente, y este año se ha dedicado especialmente a los pequeños estados insulares por su vulnerabilidad ante la elevación del nivel del mar derivada del cambio climático. Se destaca así la estrecha relación que tenemos los humanos con el medio ambiente la cual se suele subestimar hasta el punto de sacrificar la capacidad de los ecosistemas de reponerse al impacto que le generamos con cada una de nuestras actividades. Hace más de diez años Naciones Unidas inició un estudio muy importante llamado Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, en el que participaron 1.360 científicos de diversas partes del mundo, poniendo en evidencia el grave deterioro que presentan los ecosistemas y los riesgos que entraña para los humanos el no preservar los equilibrios naturales, el informe incluyó un gráfico muy didáctico de los servicios que nos provee la naturaleza. La verdad es que dependemos de ella para todo, incluso para inspirarnos en su funcionamiento y así resolver algunos de los importantes retos a los que nos enfrentamos hoy en día.
La ciencia viene pues a confirmarnos cosas tan evidentes que nuestros ancestros tenían muy claras y que algunas culturas autóctonas aún transmiten en sus enseñanzas. Ejemplo de ello son las palabras de la Abuela Margarita en esa entrevista que compartí en una entrada anterior. También muchas escuelas espirituales hacen énfasis en esa conexión con la naturaleza. El científico austríaco Fritjof Capra destaca que la ecología y la espiritualidad están conectadas de manera fundamental, porque la conciencia de la ecología profunda es al final la conciencia espiritual. Ken Wilber por su parte ha abordado en profundidad ese nexo tanto en su libro Sexo, Ecología y Espiritualidad como en una Breve historia de todas las cosas.
La práctica del mindfulness incluye ejercicios que nos lleven a contemplar ese vínculo tan esencial con la naturaleza; tocar la tierra, es uno de ellos. Me encanta este ejercicio porque además de resaltar ese vínculo con los ecosistemas, también pone énfasis en nuestras raíces, lo que nos lleva a considerar a nuestros ancestros, nuestro lugar en el mundo, las generaciones a las que dejaremos este planeta. Para ello, nos sentamos directamente sobre la tierra, tocándola con nuestras manos con la inocencia de un niño, dándonos cuenta que en la tierra también están los acuíferos, que de alguna parte de ella brotan los manantiales. Respiramos y sentimos la estabilidad que nos da, y la posibilidad de descargar en ella nuestras emociones. Podemos formar figuras mezclando tierra con agua y darnos cuenta de su maleabilidad, de nuestra capacidad para cambiarla. Podemos reverenciarla colocando nuestra frente directamente sobre ella y culminar conectando con la gratitud de contar con una tierra pródiga en tantos frutos, paisajes, cuevas, montañas…