Cada estación tiene su encanto, y los colores del otoño, las capas de hojas secas en distintas tonalidades y la sensación de caminar sobre ellas son algunos de los más apreciados. A mi también me encantan, me inspiran. Esos colores y esas sensaciones han ido transformando la manera en la que mi creatividad se expresa en estos días, y se han plasmado en collares, bufandas y cuellos que he estado tejiendo o elaborando.
Es facinante contemplar la transformación de la naturaleza. Nos ofrece este regalo multisensorial antes de sumergirse en la quietud de la hivernación, para luego volver a mostrarnos su sonrisa en primavera; demostrando que la chispa de vida no había desaparecido, simplemente estaba orientada a otras funciones también importantes.
Sin embargo, uno de los espectáculos matinales que considero más hermosos de esta época del año se produce al amanecer de la primera helada. Ese momento en el que la calidez de los primeros rayos de sol va haciendo desaparecer la imperceptible capa de hielo que se había formado sobre los arboles y el cesped durante la madrugada y que mantenía las últimas hojas sujetas a las ramas, dejándo que caigan todas al mismo tiempo. En apenas un par de minutos se produce una delicada y efímera lluvia de hojas que poco después es sólo un recuerdo… Un instante fugaz que se quedó grabado en mi memoria.
Es una gran lección del aquí y el ahora. ¡Ese instante, para mi, es mágico!
Las tonalidades tostadas del amarillo, el naranja, el rojo, e incluso verde ceden su lugar al marrón de los tallos, el azul y al blanco de un cielo que advierte sobre la llegada inminente del invierno.
12/12/2014 en 3:51 pm
Mmmmm el otro día escribía una entrada yo sobre el tema de las hojas, ¡otra cosa más que compartimos!. Por cierto, ¿vas a poner mercadillo? 😀
12/12/2014 en 5:29 pm
Pues sí, compartimos muchas cosas!!!! He ido corriendo a leer tu entrada sobre el tema…jajajaja Tienes razón, hay que pasar en el momento justo. Yo tuve la suerte de pasar por el lago justo en ese momento y deleitarme con ese espectáculo maravilloso. Lo del mercadillo tendrà que ser para dar salida a esta inundación de lanas….;)