En esta fecha en la cual tantas cosas se han escrito sobre la Tierra, los diversos aspectos que abarca la crisis ambiental, el altísimo costo que tiene adaptarnos a los cambios que estamos ocasionando al clima e incluso del costo de no hacer nada (que es otra opción), etc; yo quisiera compartir una entrevista que le hicieron el año pasado a la Abuela Margarita porque creo que en palabras muy simples ella transmite parte de esa sabiduría ancestral que radica en tener conciencia del vínculo que tenemos con nuestra madre tierra, de la que recibimos tantos servicios y recursos; del espíritu de gratitud cuando nos pide honrarla y del rol de la mujer en este contexto. Palabras sencillas para un mensaje claro y trascendente que pueden quizás ser más adecuadas que una disertación sobre las similitudes entre la invisibilidad de la mujer y la naturaleza, las diversas perspectivas dentro del ecofeminismo o el inmenso poder interior que puede recuperar la mujer reconectándose con su propia naturaleza. ¡Tenemos tanto que aprender!
Y ESTE FIN DE SEMANA A VALENCIA, A SUMERGIRNOS EN LA FEMINIDAD CONSCIENTE
No siempre los desafíos de la vida moderna nos permiten vivir plenamente nuestra naturaleza cíclica, pero es importante aceptar esa esencia e integrarla -en la medida de lo posible- en nuestra cotidianidad a fin de sacar el mayor provecho del potencial que subyace bajo la errada concepción de unos pocos días molestos cada mes. El ciclo es mucho más, implica picos de energía, capacidad de concentración unas veces, de gestión otras, también claridad para comprender complejidades o para acceder a la misteriosa intuición.
Además, ello contribuye a que la sociedad aprenda a respetar los ritmos que tienen los ciclos de la naturaleza, tan alterados actualmente por nuestras actividades económicas y de toda índole, que han generado crisis económicas, ambientales, políticas y sociales. Por otra parte, se revalorizan también algunas cualidades tan necesarias para superar estas complejas situaciones como la escucha, el cuidado de todos, la intuición, la conciliación, la integración de la perspectiva ciclica, en vez del monólogo, el individualismo, la razón o la imposición, por sólo citar algunos ejemplos. Aprender a surfear por esos ciclos y aprovechar las potencialidades que encierran nos permite avanzar de manera más efectiva hacia el logro de nuestros objetivos. Creo que de hecho, esto debería ser parte de cualquier formación sobre emprendimiento femenino y tomarse en cuenta para diseñar estrategias de innovación. Ya tenemos interesantes y esperanzadores ejemplos en iniciativas relativas a la economía cíclica y a la economía social, como hemos comentado alguna vez acá. Por ahora, nos centramos en el cambio personal.