Hay días en los que las palabras no fluyen con facilidad; medito, le doy miles de vueltas a un texto que no termina de convencerme, me pierdo en la búsqueda de referencias que avalen lo que digo, recuerdo mi motivación y aún así no logro el resultado esperado… Otros en cambio cierro los ojos, siento el tema que quiero tratar y las oraciones se forman solas en algún lugar de mi ser, caen como en cascada, encuentro rápidamente esa cita apropiada o la imagen apropiada que refleja perfectamente lo que quiero transmitir. Hoy es uno de esos días en que no estoy en mi momento óptimo para escribir, sin embargo, no es que haya perdido la inspiración sino que me siento inclinada a canalizar mi creatividad hacia otra cosa. Hace unos años hubiera persistido en el esfuerzo, me habría exigido un poco más, y habría terminado desgastada e insatisfecha.
Ahora sé que simplemente es parte de mi ciclo, que entraña mucho más que unos días de mayor energía que otros, o unos días de mayor sensibilidad o “molestos” como dicen algunas personas. El ciclo abarca también esa fase en la que soy capaz de diseñar un proyecto o un plan de acción con todos sus detalles, haciendo uso del pensamiento lógico; aquella en la que me siento con ganas de socializar y con mayor empatía, mientras que hay días en que predomina la introspección, la intuición, y fluyen las ideas creativas de manera impresionante, puedo apreciar las cosas desde otra perspectiva. Todo es cuestión de conocernos mejor, de aceptar nuestra naturaleza cambiante, verla como una fuente de diversidad y riqueza y eso baja un montón la presión! Mi energía hoy está para dedicársela al pueblito que estoy haciendo con trozos de azulejos, pero como me he propuesto escribir semanalmente al menos una vez aprovecho para compartir con vosotros como va mi trabajo.
La doctora Christiane Northrup destaca que el ciclo menstrual es un ritmo natural de inspiración, creatividad y reflexión; que las fluctuaciones hormonales son el modo en el que la Divinidad llama tu atención y te guía. Es sorprendente, teniendo en cuenta que se trata de una ginecóloga!
En el libro Momentos Óptimos de la Mujer me encontré con una aplicación práctica de la apreciación positiva del ciclo en la vida cotidiana, en el trabajo, en las relaciones personales a fin de alcanzar nuestros objetivos de manera más fácil y productiva. Eso hace necesario que nos conozcamos mejor para poder planificar las actividades que realizamos, y fluir porque no todos los días son iguales, incluso en una misma fase.
Su autora, Miranda Gray, ubica en la fase premenstrual, esa que tan compleja es para nosotras y para nuestro entorno también, la etapa de mayor creatividad en la mujer dado que el subconsciente está muy activo y además de la capacidad de imaginar, extrapolar y crear realidades, nos ofrece también “la oportunidad de comprender aceptar y sanar nuestros más profundos patrones de miedo, deseo y necesidad”. En vez de resistirnos al caudal de emociones que se mueven en esos días, lo deseable es reconocerlos, vivirlos de manera consciente e incluso deshacernos de ellas para incrementar nuestro bienestar, para lo cual sugiere una serie de estrategias interesantes. Esa mayor capacidad de imaginación se puede usar para escritura creativa, composición musical, pintura, desarrollar nuevos conceptos; mayor capacidad de reconocer las sincronicidades, manifestar sueños, comprender de manera intuitiva teorías complejas, detección y una oportunidad para soltar cargas emocionales, cambiar patrones, crear espacio y orden. Lo bueno de todo esto es que no lo tenemos que hacer todo de una vez ! Podemos dar pequeños pasos cada día, cada mes si la tarea parece demasiado grande y así adaptarnos a nuestras necesidades y condiciones particulares. Ser amables con nosotros mismos es importante también.
21/01/2014 en 10:13 pm
Hoy he tenido un día chunguete… Llamémosle “poco creativo” o cruzado, no sé… ¡Leerte es sanador! 😉
22/01/2014 en 12:18 pm
Gracias por compartirlo Nuria. Me alegra que mis palabras puedan echarte una mano. Fluir con esos días chungos nos permite aprovechar para descargarnos de la mochila de emociones, sólo que hay que tener cuidado de que no le caiga a nadie encima!!! 😉