Hemos comentado en oportunidades anteriores que en la presente coyuntura se habla reiteradamente de la necesidad de reinventarse, sin embargo eso va más allá de hacer un par de cursos de formación o reescribir el curriculum. Es una oportunidad excelente para escuchar nuestro corazón y descubrir o reconectar con nuestro “elemento”, como lo llama Ken Róbinson. Yo misma he tenido que reinventarme y siento que ahora puedo compartir las herramientas prácticas que me han servido en este proceso de transformación; es más, siento que mi misión es que ese trabajo espiritual y personal sea útil para otras personas también.
Junto con mi esposo, Pedro Molina, hemos diseñado un taller para apoyar a todos quienes se sientan llamados a una transformación o a concretar un sueño postergado. Espero que nos acompañéis en este interesante viaje de autodescubrimiento y empoderamiento.